Este proyecto originado en la Hacker HighSchool (HHS) del ISECOM (Institute for Security and Open Methodologies), nos interesó desde que lo conocimos y a principios del 2005, nos permitió sumar a las escuelas argentinas y a chicos en forma individual a sus pares de EE.UU. y España entre otros. Para ello desarrollamos una plataforma educativa en la que incluimos a éste y otros programas de formación exitosos.

Desarrollada por Kwell como actividad totalmente social y sin fines de lucro, permitió a nuestra empresa, además de disponer libremente del material teórico, ofrecer como valor agregado algo imprescindible cuando se trata de formación en una herramienta tan importante como la seguridad de la información, y esto es “la práctica”. Gracias a nuestro laboratorio de pruebas, se puede acceder a un ambiente de ejercitación casi imposible de concebir por su infraestructura y costos para la gran mayoría de los colegios y alumnos individuales de Argentina.

Bastante se ha escrito sobre “escuelas de hackers” (alcanza con una simple búsqueda) para caer en algunas confusiones o errores que son precisamente lo contrario a los que los aprendices deberían recibir. Algunos de ellos los podríamos inscribir dentro de lo que en este campo se define como Ingeniería Social (o picardía) ya que se aprovecha de la falta de conocimiento, la credulidad y la carencia de investigación de algunos medios (en ciertos casos), para invocar representaciones inexistentes, disponibilidad de recursos que luego no se concretan, estudiantes que nunca egresan, etc., quitando finalmente seriedad a los que trabajan correctamente y en silencio.

Lo concreto es lo contrario, y esto significa hechos (no palabras): acceso irrestricto sobre Internet (7×24), tutoría de los profesores y soportes técnicos, cuestionarios interactivos, exámenes en línea siempre disponibles, certificados individuales cuando se aprueba el curso y disponibilidad permanente de la plataforma de formación.

Pero realmente lo más importante es que este proyecto es de ida y vuelta, porque no sólo forma a nuestros jóvenes sino que realimenta nuestras experiencias a la comunidad internacional como parte obligatoria de nuestra participación, ya que también ellos se nutren de nuestros logros y en este ámbito los chicos argentinos tienen mucho que aportar.

Hoy estamos en nuestro octavo año y se han registrado hasta la fecha 814 (ochocientos catorce alumnos) y nos desparramamos por todos lados. Esta experiencia que se inició tímidamente en Rosario no sólo se ramificó por toda la Argentina sino que a través nuestro, alcanzó lugares que jamás imaginamos.

Listado de Países y cantidad de alumnos por país (704 alumnos)[1]:

[1]Sólo mostramos los países con mayor cantidad de inscriptos, para ver el listado completo ingresá en nuestro portal de formación (formacion.kwell.net)