Google ha anunciado que tomará medidas de privacidad más estrictas para prevenir que en el futuro puedan volver a ocurrir problemas como el de la captación de información sobre redes Wi-Fi por sus vehículos Street View, que le ha llevado a enfrentarse a las autoridades de protección de datos de múltiples países.
Coincidiendo con este anuncio, Google ha reconocido además que, aunque de forma involuntaria, el rastreo de redes Wi-Fi por los coches de su servicio Street View resultó en la recogida no sólo de datos fragmentados, sino también de algunos mensajes de correo electrónico, direcciones de sitios web y contraseñas. Hasta ahora, la compañía mantenía que los vehículos sólo detectaban y almacenaban los nombres de redes (SSID) y direcciones MAC de las redes Wi-Fi de los alrededores para su uso en los servicios de localización de Google.Debido a un problema del software los coches interceptaron y almacenaron también datos de tráfico web, que inicialmente la compañía aseguró que se trataba de información fragmentada. “Después de algunas investigaciones hemos llegado a la clara conclusión de que aunque la mayoría de los datos estaban fragmentados, en algunos casos se capturaron URL y mensajes de correo electrónico completos”, ha reconocido Alan Eustace, vicepresidente senior para ingeniería e investigación de Google.
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