Las modificaciones en cajeros de sucursales bancarias para clonar tarjetas no son nada nuevo. Normalmente se manipula la zona de entrada de la tarjeta con un dispositivo adosado al mismo que permite la lectura de la banda magnética, lo que se denomina ATM skimming. Después, se intenta obtener el número PIN superponiendo un teclado falso o colocando una microcámara disimulada. Un fraude que mueve millones de euros al año en todo el mundo.
Fuente: HackPlayers
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