Esta propuesta no es nueva y forma parte del discurso de Bruce Schneier que siempre habla de la “economía de la inseguridad”. Su planteamiento viene a explicar que la filosofía con la que la industria en general trabaja es el pago por los efectos de la inseguridad, sin atajar la esencia del problema.
Lo curioso del tema es que realmente no se sabe si este enfoque resulte económicamente más rentable que intentar fortalecer la seguridad desde el diseño. Microsoft a base de sufrirlo en sus propias carnes decidió cambiar radicalmente su filosofía y paso a una “seguridad por defecto” como planteamiento de diseño. Y las cosas se hicieron bien desde el principio, atacando el problema desde la raíz, en el proceso de construcción del software. Fruto de aquello, hoy utilizan y aplican la metodología de desarrollo seguro SDLC de la que ya he hablado en este blog en más de una vez.