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Argentina: Subsecretario de Tecnologías de la Gestión, analiza el estado.

junio 22nd, 2015 | Posted by kwelladm in Noticias

El subsecretario de Tecnologías de la Gestión de la Jefatura de Gabinete, Eduardo Thill, analiza la realidad tecnológica del Estado y cree en la necesidad de delinear “un plan maestro de estrategia digital” para lo que se viene en los próximos años en la Argentina.

*También se manifestó en torno a las declaraciones del ex asesor del Programa Conectar Igualdad, Alejandro Artopoulos

-¿Cómo avanza la Firma digital luego de los recientes cambios?

-Ya están licenciadas cuatro empresas más que comenzarán a operar con firma digital. El próximo 25 de Junio vamos a estar haciendo el acto de emisión de certificados para sus autoridades certificantes y completar el ciclo de funcionamiento real. Por otra parte, siguen solicitando autoridades certificantes, como es el caso de ADEA. También estamos trabajando con la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, el gobierno de Córdoba y la Caja de Valores.

-¿Qué implicancia tiene contar con más jugadores licenciados?

-Por un lado, ampliamos la oferta de la emisión de certificados. Cuantas más autoridades certificantes en el mercado, mayor libertad de seleccionar con quien solicitar el certificado de firma digital. Recordemos que con las nuevas políticas el certificado emitido va a tener el mismo valor, ya sea para persona física o jurídica, y tendrá el mismo valor legal que la firma holográfica. Los certificados son transversales y comunes. Estos certificados ahora tienen valor para cualquier hecho que solicite firma digital. La nueva política es poder realmente instrumentar una herramienta más factible y un elemento común que podamos incorporar a nuestra vida digital. Antes la firma digital estaba ligada al atributo de la persona. Ahora, el certificado de firma digital puede tener o no un “sello de competencia”, asociado a la persona física, si es que fuese necesario. Es decir, antes debías haber tenido un certificado para cada sombrero profesional. Una locura.

-Con estos avances, ¿podemos hablar de una mejora sustantiva en la gestión pública?

-Sí. Y nos ayuda a legalizar procesos de gobierno electrónico también que redundan en beneficios para el ciudadano. En procesos internos, como ser las piezas documentales o expedientes, con un sistema para que sea totalmente digital y sea legal con la incorporación de firma digital, ahora cualquier empleado con firma propia pueda firmar en cada uno de los procesos. Esto propende a que realmente vayamos a una verdadera “despapelización”, una vieja deuda dentro de las administraciones públicas. Tengamos en cuenta que lo que más genera recursos y papel son los expedientes. Si contamos con un sistema de gestión de piezas documentales con todos sus procesos digitales, con el mismo valor de firma holográfica, vamos dejando de lado el uso del papel. A medida que instalemos y capacitemos a cada una de las administraciones para ir hacia la despapelización, por supuesto, esto supone una mejora en el corto o mediano plazo.

-¿Qué habría que hacer para que estos cambios se produzcan más en el corto que en el mediano plazo?

-Se trata de una cuestión de orden cultural, no tecnológica. Siempre hablamos de la reacción al cambio. Y con el papel es muy fuerte en el sector público.

-Aun cuando tenemos tan incorporados las TIC en la vida cotidiana…

-Sí, sobre todo tengamos en cuenta que es más lento donde los procesos dependen de normativas y cuestiones legales para generar un dictamen. Si hoy hacemos todo digital, seguramente no tengo todos los procesos digitalizados previos. El abogado, por lo tanto y por poner un ejemplo, va a requerir que todos los elementos, que todos los “escritos” se encuentres digitalizados. Tenemos que aprovechar el sistema de expedientes digitales para ir generando la masa crítica y que los procesos se hagan en forma digital. No se pueden hacer estas cosas de forma abrupta. Hay que acompañar estos cambios. Tecnológicamente, sí. Estamos en capacidad de hacerlo. En cuanto a decisión política, también hemos dado el paso, sin duda. Estamos ahora en la etapa de ejecución, y es el cambio en todos los procesos y procedimientos. En el poder ejecutivo nacional vamos a llegar a un importante nivel de despapelización de tres a cinco años.

-¿Qué porcentaje representa ese nivel?

-Un nivel cierto y real, podríamos decir, en un 60 por ciento. Si hacemos una evaluación, realmente ahorraremos mucho dinero y muchos árboles.

-¿En qué medida un buen gobierno electrónico puede impactar en el desarrollo del país?

-Está totalmente conectado una cosa con la otra. Estamos hablando de desarrollo intelectual, de desarrollo de sistemas, de software. Los dispositivos y el hardware, son accesorios. La inteligencia, el corazón de todo esto es el software. El gobierno electrónico está ligado a la industria del software. A medida que continuemos incorporando software en el Estado, tendremos más industria, más desarrollo, porque será necesario pensar en Sistemas de respaldo, Resguardo de la información, Privacidad de la información. Esto obliga a mirar políticas de manejo de resguardo desde el punto físico, como los servicios Cloud, en la Nube o no.

-Sobre este punto hay mucho debate. ¿Cuál es su posición al respecto en cuanto a alojar o no en la nube la información y los datos de carácter público?

– La realidad es que esta pregunta contiene respuestas que son más de orden jurídico que técnico. Lo que para mí está claro es que no puedo permitirme que determinados datos de nuestro país estén alojados en otra jurisdicción. Esto no significa que no usemos “cloud”. Significa que tenemos que generar una infraestructura que albergue en un sistema de servicios cloud dentro de las administraciones que garantice que los datos no salen de nuestra jurisdicción.

-Esto que parece una obviedad no parece serlo cuando se advierten ciertas medidas que terminan alojando datos públicos y sensibles en la nube…

-Este problema por suerte con mi jefe (NdeE: Aníbal Fernández) yo no lo tengo. Nuestro jefe de Gabinete además de ser usuario de esta herramientas tecnológicas tiene una visión muy clara y precisa de la importancia de esto y además lo sitúa en el ámbito del desarrollo económico, industrial, de crecimiento. Entiende perfectamente que la era digital la tenemos encima. Son procesos de mediano y largo plazo y alguien tiene que hacerlo. Fomentar políticas públicas que implementen las nuevas tecnologías es lo que venimos haciendo desde mucho tiempo.

-No siempre se cuenta con esa suerte. ¿Cómo cree que es posible zanjar de alguna manera este dilema y ubicar finalmente las decisiones tecnológicas en un plano político, sobre todo cuando se trata de políticas que afectan la vida cotidiana de las personas?

-Yo estoy convencido de que todo esto no es una cuestión de tecnólogos. Es una cuestión política porque son herramientas para el uso de la vida cotidiana y para el desarrollo sustantivo de un país. No se pueden abandonar estas discusiones entre los tecnólogos. Acabamos de crear una Subsecretaría de Protección de Infraestructuras Críticas, y esto no es una cuestión menor porque entendemos la importancia de estas infraestructuras para salvaguardar todo lo relacionado a ello. Se trata de servicios básicos, como el agua. Hoy la distribución del agua se hace a través de sistemas informáticos que abren y cierran válvulas. La distribución de agua potable es una infraestructura crítica que hay que salvaguardar.

-De acuerdo a esta perspectiva, entonces, y teniendo en cuenta este nivel de jerarquización de la tecnología en el Estado, ¿qué recomienda para los próximos años?

-Tenemos que delinear una estrategia digital. En ese delineado, definir la infraestructura de prestación de servicios. Cuando decimos “nuestra” infraestructura, no debemos decir tal ministerio o una jurisdicción en particular, sino que lo nuestro es el Estado. Seguimos discutiendo la necesidad de generar Data Centers. Cuando se asignan enormes presupuestos para la creación de Data Centers, que son metros cuadrados, software, fierros, monitoreo, UPS, sistemas de control de incendio, etc., todo esto requiere una moneda importante para el Estado. Una vez logrado, la pregunta clave que hay que hacer es por la sustentabilidad del proyecto. En mi opinión, lo ideal sería delinear tres grandes Data Centers distribuidos geográficamente en todos el país, en condiciones que brinden la seguridad necesaria y a condición de minimizar los riesgos. Estamos hablando de un servicio cloud que pueda garantizar los servicios a todas las jurisdicciones pero en jurisdicción nacional. Ahí se termina la discusión sobre qué pongo o no en la nube. No me importa dónde está. Me importa que esté dentro de nuestra jurisdicción argentina. Qué sentido tiene hablar de firma digital o despapelización sino garantizamos la sustentabilidad de estos proyectos. Las infraestructuras que le den soporte a estos sistemas tienen que tener sustentabilidad. No podemos permitirnos el lujo el día de mañana de no haber pensado en estos términos, porque no hay sistema de premios y castigos para estas decisiones. Si queremos avanzar en procesos digitales para un Estado con desarrollo, hay que analizar el punto sustentabilidad. No sea cosa que en cinco años nos preguntemos que pasó con el mantenimiento y evolución de los servicios.

-¿Cómo se traduce, en concreto, esta cuestión como algo verdaderamente estratégico?

-Tenemos que pensar en un Plan maestro de Estrategia Digital. Hemos trabajado mucho en proyectos que fueron necesarios para el país, en términos de inclusión digital y acceso a herramientas digitales como ser Conectar Igualdad, y toda una serie de políticas que nos hacen pensar en nuevos servicios. A fin de año llegaremos a más de 8 millones de dispositivos distribuidos en todo el país, entre primaria y secundaria. ¿A cuántos hogares en forma igualitaria están accediendo a la tecnología los ciudadanos? Esto vinculado a la red federal de fibra óptica y la red digital a través del satélite Arsat, estamos en condiciones de tener a las comunicaciones con criterio de igualdad. Tenemos los dispositivos, tenemos las comunicaciones. Esto nos obliga a hablar seriamente de gobierno electrónico y de interacción digital entre los gobiernos nacional, provincial y municipal y sus gobernados.
-Se está refiriendo a la parte más palpable del gobierno abierto…

-Sí. Y te obliga al gobierno electrónico también. Con todas esas herramientas en la sociedad, yo, como funcionario, ¿voy a obligar al ciudadano a tomarse un micro y recorrer varios kilómetros para ir a una dependencia pública para llevar una fotocopia del DNI? En el marco de este plan maestro, tenemos que ir hacia la firma digital incorporada en el DNI también y verdaderamente ir a una real sociedad digital.

-El diario La Nación publicó recientemente una entrevista con un ex asesor del programa Conectar Igualdad donde se sostiene que “fue un fracaso”…

-El contenido de esa nota se contradice con el título. Es alguien que opina sin la totalidad de los elementos y que aprovechó una oportunidad para aparecer en un medio y ser tomado como un referente. Cada uno puede pensar como su impronta lo haga pensar. Ese señor mientras integró el programa ni siquiera entendió de qué se trataba. Yo creo que no le entra en su cabeza lo que significa igualdad de condiciones y accesibilidad en términos igualitarios en toda la sociedad. Lo que pretendió ese señor es seguir trabajando en una universidad privada donde únicamente puede acceder el que puede pagar una cuota y puede pensar distinto al resto. No estamos diciendo que Conectar Igualdad haya sido una bala de plata y ya está. No podemos seguir fomentando las diferencias sociales. En un mundo digital no darle accesibilidad en condiciones de igualdad a todos los educandos, es generar más diferencias. En algún momento, así como fue obligatorio la primaria y después la secundaria o la universidad, el que hoy no sepa usar una computadora, se va a quedar excluido del sistema. Ese señor gracias a Dios no pertenece más al programa Conectar Igualdad y por algo habrá dejado de pertenecer. Con esa mentalidad no puede trabajar en aspectos sociales tan profundos e inscribirlo en una cuestión meramente de currícula o de incorporación de tecnología en el aula. Hay que analizar bien el trasfondo de las cosas que se dicen.

-Brevemente, ¿qué imagen o frase podría sintetizar el espíritu de que lo se viene en materia de gestión de lo público teniendo en cuenta que el ciudadano está cada vez más conectado?

-El beneficio común. Al inicio de cualquier proyecto lo realmente importante es el beneficio común. No solamente tener en cuenta la necesidad coyuntural de la herramienta. Y el beneficio común es la necesidad de articular con otras áreas.

-Eso que suena muy bien decirlo en la realidad Implica una pérdida de poder en la Administración Pública y sabemos que es muy resistida…

-Yo creo que estamos ante una transformación de poder, no de pérdida, pero sí tenemos que dejar de ser egoístas. El egoísmo jurisdiccional tiene que desaparecer cuando exista empoderamiento de la herramientas por parte de los gobernados. Tenemos que ser partícipes activos y generadores. El ciudadano está dejando de ser un mero receptor de los medios de comunicación tradicionales y así no tengo dudas que estamos evolucionando como sociedad.

-Tampoco somos meros receptores de los gobiernos…

-Yo pienso que el gobierno abierto debe empoderar a las personas. No es lo mismo interactuar con el gobierno nacional que con un gobierno municipal. A eso tenemos que proprender con el gobierno abierto, a acercar la necesidad del ciudadano con su gobierno municipal aprovechando las infraestructuras que ya se llevaron adelante en Argentina. La red de fibra óptica nos dio una oportunidad enorme y la tenemos que aprovechar. Está muy bien hablar de las unidades representativas como son las organizaciones de la sociedad civil, las ONGs, que plantean determinados temas. Pero si desmenuzamos, nos damos cuenta que terminan propiciando el impulso de esto sobre condiciones específicas que hacen a su propio interés. Si hablamos de gobierno abierto, tenemos que ser conscientes de que la representación específica es a intereses y su relación con el Estado. Si no nos apropiamos de las herramientas como individuos, le estamos dando poder a sectores que toman la entidad “gente” y se arrogan el derecho de saber lo que la “gente” piensa y necesita. Una ONG compuesta por cinco personas y 1100 seguidores en Facebook no sé qué nivel representación pueda tener. Hay que trabajar para que las personas se empoderen cada vez más.

Fuente: Puntogov

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